jueves, 11 de julio de 2013

RESEÑA: Las Tejedoras de Destinos

Título original: Crewel
Autor: Gennifer Albin
Editorial: Alfaguara
Género:
Ciencia ficción - Distopía juvenil
Año: 2012 (España 2013)
Nº páginas: 432
"Inútil. Torpe. Las demás chicas lo susurran a sus es­paldas. Pero la joven de dieciséis años Adelice Lewys tiene un secreto: sus er­rores son intencionados.

Dotada de una habilidad fuera de lo común para tejer el tiempo, Adelice es exactamente lo que la Corporación está buscando, y en Arras ser elegida tejedora es lo máximo a lo que una joven puede aspirar. Ser hilandera significa privi­legios, riqueza y belleza eterna. Pero no solo eso, también significa tener la facultad de bordar la esencia de la vida. Pero para ello hay que pagar un precio que Adelice no está dispuesta a asumir, puesto que deberá controlar absoluta­mente todo lo que las personas son: lo que comen, dónde viven, cuántos hijos tienen… Así que está decidida a fallar en las pruebas para ser hilandera, pero en su último examen sus dedos resba­lan, el telar reacciona a su don… y la Corporación la identifica. A partir de ese momento, Adelice dejará de tener control sobre su vida y pasará a conver­tirse en un instrumento más de la omnipresente Corporación. Sin embargo, una vez dentro, el poder de Adelice irá creciendo mientras aprende a manejar su don y a decidir en quién confiar, a quién vigilar… y a quién amar.".

OPINIÓN PERSONAL

Reconozco que tengo un problema con las modas juveniles en lo que a novelas se refiere. Me molesta ver como, tras una novela de éxito, surgen decenas de libros que repiten la misma fórmula (por no decir que plagian ideas descaradamente). Ha pasado con Harry Potter, Crepúsculo, 50 Sombras de Grey y, en este caso, con Los Juegos del Hambre.

Los paralelismos entre la novela que nos ocupa y la obra de Suzanne Collins son más que evidentes; un mundo futuro dividido en distritos, desigualdad entre clases, gobierno autoritario, protagonista femenina con hermana pequeña a la que proteger y, por supuesto, el omnipresente triángulo amoroso.

Todo eso es lo que encontraremos en Las Tejedoras de Destinos; un cúmulo de ideas ya usadas que, por narices, acaba gustando (si funcionó en Los Juegos del Hambre, ¿por qué no iba a hacerlo aquí?).

Pero hay que reconocerle a la autora un par de puntos:

En primer lugar, es admirable cómo ha conseguido mantenerme enganchado durante toda la historia sin recurrir a la acción o la aventura. Esta es una novela más centrada en las luchas de poder que en las luchas físicas.

Y por otra parte, todo lo relativo a las tejedoras, los telares y demás parafernalia resulta bastante llamativo y original, siendo esa la nota más distintiva de novela, aunque quizás al principio cueste asimilar toda la terminología (la transposición, las extracciones, distorsiones, etc.).

Al final me sorprendí a mi mismo devorando las páginas del libro, pues la trama, pese a sus carencias (los son personajes bastante planos) tiene un aire a telenovela que produce adicción. El mayor problema de la novela es que está demasiado dirigida al público femenino, y eso puede echar para atrás a más de uno pero, en líneas generales, creo que se trata de una decente novela de ciencia ficción que trata de remover conciencias respecto a temas polémicos como el machismo, la censura y, en menor medida, la homofobia.

Lo bueno: tiene algunas ideas buenas y resulta adictivo.

Lo malo: poca originalidad, personajes demasiado planos y/o estereotipados.

Nota: 7/10

miércoles, 3 de julio de 2013

RESEÑA: Una Oscura Obsesión

Título original: This Dark Endeavor
Autor: Kenneth Oppel
Editorial: Alfaguara
Género:
Romance paranormal
Año: 2011 (España 2013)
Nº páginas: 339
"Las intenciones más puras pueden traer a la vida las más oscuras obsesiones.
Los jóvenes hermanos Víctor y Konrad llevan una apacible vida en el castillo familiar. Junto con su prima Elizabeth se han convertido en inseparables, en cómplices de juegos y aventuras. Reciben clases privadas, practican esgrima, montan a caballo y recorren incansables los pasadizos del castillo de los Frankenstein. Pero, cuando Konrad cae gravemente enfermo, sus vidas darán un giro inesperado y sus inocentes aventuras de juventud se volverán demasiado reales. En la inquieta mente de Víctor aparecen dos certezas: que para curar a su hermano deberá encontrar la receta del legendario Elixir de la Vida y la convicción de que siente una profunda e irrevocablemente atracción por Elizabeth, a pesar de saber que la joven y Konrad están enamorados. Una oscura obsesión invade su mente: ¿será capaz de traspasar las fronteras de la vida, la ciencia y el amor? Y, más aún, ¿cuánto está dispuesto a sacrificar por salvar la vida de su hermano?".

OPINIÓN PERSONAL

La idea de narrar las aventuras de uno de los personajes más reconocibles de la literatura de terror como es el doctor Victor Frankenstein tiene, a priori, bastante potencial, pues la famosa novela de Mary Shelley cuenta con muchos elementos que incluso a día de hoy siguen siendo influencia en el cine y la literatura.

Kenneth Oppel se sirve de algunos de esos elementos, como la ambientación gótica de la Europa del siglo XIX, o la eterna lucha entre ciencia y religión, para contarnos la desconocida historia del creador del mítico monstruo de Frankenstein, pero todo ello pasado por el filtro de la narración estrictamente juvenil.

Sin duda, la personalidad obsesiva y atormentada de Victor Frankenstein es quizás lo mejor de la novela, pero claro, el autor cuenta con ventaja al tratarse de un personaje que no es precisamente de su invención. Pero ello no impide que gocemos con algunos pasajes en los que Victor refleja ese amor/odio que siente hacia su hermano y las luchas internas que sufre constantemente.

Donde realmente falla el autor es en el tono de la novela, pues a veces parece una historia de terror gótico, otras veces parece una novela de aventuras juvenil y a veces también parece un drama de época. No digo que mezclar estilos esté mal, pero para hacerlo bien hay que tener maestría y este no es el caso, por lo que al final tantas buenas ideas se quedan en nada.

Además, los diálogos y situaciones que viven los personajes dejan bastante que desear, con una trama principal que carece de todo misterio pues se basa en llevar a los personajes de un lugar a otro para que superen ciertas pruebas en la que ya sabemos que algo va a pasar.

El gran fallo del libro es que su autor parece subestimar la inteligencia del lector joven, pues no arriesga en su apuesta y, pese a que se permite ciertos guiños a la novela original y la época en la que fue escrita, lo cierto es que al final la novela está tan "juvenilizada" que resulta de lo más aséptica y olvidable. Una pena.

Lo bueno: es un libro bastante ameno, la ambientación gótica y la personalidad de Victor Frankenstein.

Lo malo: demasiado simple.

Nota: 6/10