Presentación

Hola, mi nombre es Mary Jane Watson. Quizá me recordéis de películas famosas, como Spiderman o Spiderman 2 (la tercera no la hice yo, sino una doble con peluca –la misma utilizada para la nueva Victoria en Eclipse*- usurpando mi identidad) u os suene mi apellido, ya que mi tatarata-tío fue el compañero de correrías de ese bandido díscolo de Sherlock Holmes. El caso es que el estrellato y mi buena fortuna me desviaron de la que tenía que ser mi verdadera vocación: la escritura. Pero cuando fracasé en Broadway de nuevo, mis perspectivas se ampliaron, aunque la iluminación llegó cuando estaba colgando de las manos pringosas de Spidey; enfrentándome a la muerte por decimotercera vez tuve el desesperado deseo de escribir, de escribir y escribir. Y no parar de hacerlo. Quién sabe, podía verme como una Louisa May Alcott intentando romper con los estereotipos de la época (siempre me sentí identificada con Amy March) o incluso entrevistando a un vampiro. Posibilidades hay muchas.

Todo parecía fácil, pero es que yo era una ingenua.

El tiempo que había pasado contemplando mi belleza y danzando en telaraña por los rascacielos de NYC me había ablandado las neuronas. Mi mente no daba ni para hilvanar tres frases seguidas, me sentía como… como… como intentando descubrir el misterio de la Sonrisa de la Mona Lisa, algo jodida mal andaba, vaya. Pero, ahí estaba mi amigo Kelemvor, con su mandoble Mordiscos y su lobo huargo, Otoño, y me dijo: “Mary Jane, rica, suelta esos pompones, que pareces tonta, y prueba a escribir en mi blog. Tengo un par de libros que seguro que te interesarán.”

Y dicho y hecho, oiga. Después de echarnos una partida de Jumanji me puse manos a la obra. La primera parte de mi maquiavélico plan era conocer el mundo blog, y para ello acudí a una quedada bloguera.

"Kelemvor y yo jugando una partida de Jumanji con una señora que por ahí pasaba"

Acostumbrada como estaba a la gente disfrazada de duende verde y de idiota con mallas el cambio fue sorprendentemente agradable. Descubrí que los blogueros son muy buena gente, porque si conocerme de nada me regalaron una lamparita para ver monstruos en la oscuridad y un libro con un señor con escotazo en la portada. Aunque el chico de la portada, enseñando pecho lobo, me hace gestos insinuantes desde su cárcel de papel empezaré esto del blog con otro libro. Uno de vampiros (que al parecer me encantan) y gente estupenda**.

Gracias.

*en Hollywood se ahorran una barbaridad en atrezzo gracias al reciclaje.

**Vampira y estupenda, de Michelle Rowen.